Ayoreo

Los Ayoreo son un grupo étnico originario del norte del Chaco paraguayo y del este de Bolivia.
Hablan la lengua ayoreo, clasificada en la familia de las lenguas zamuco.
Están divididos en varios subgrupos, muchos de los cuales se han visto obligados a huir de la selva desde la década de 1970, mientras que otros grupos siguen viviendo sin ningún contacto con el mundo exterior.

Los más aislados son conocidos como Totobiegosode, o "la gente del lugar de los jabalíes", y son la única tribu no contactada de Sudamérica que ha sobrevivido fuera de la cuenca del Amazonas.
Los Ayoreo se mantienen con la caza y la agricultura, según la estación del año. Las familias -cuatro o cinco por grupo- viven juntas en casas comunales en el bosque. Un poste central de madera sostiene una estructura abovedada hecha de pequeñas ramas cubiertas de barro seco, cada familia tiene su propio hogar fuera de la casa y sólo duermen dentro si llueve.
Su rito más importante es llamado Asojna, "El Chupacabras": el primer canto del pájaro anuncia la llegada de la estación de las lluvias y da comienzo a un mes de celebraciones y festejos. Los Ayoreo, que ahora viven en comunidades asentadas, viven en chozas unifamiliares y cultivan calabazas, frijoles y melones en el suelo arenoso. Cazan en el bosque, prefiriendo las tortugas y el jabalí, así como la miel, que se encuentra en abundancia. Están divididos en siete clanes con peculiaridades exogámicas; cada clan tiene poder sobre ciertos elementos, como los animales, las plantas, los utensilios, las estrellas, etc. Los chamanes de sus respectivos clanes pueden hacer uso de sus energías para realizar actividades curativas.

En Paraguay, los Ayoreo eran conocidos como Moros y fueron perseguidos por los militares y los cazadores furtivos hasta la década de 1950 como animales peligrosos. En el interior del Chaco había carteles que decían: "Haga patria! ¡mata a un indio Moro!".
El primer Ayoreo visto por la población paraguaya se remonta a 1956: era un niño de unos diez años, llamado Iquebi, capturado cerca de Bahía Negra, encerrado en una jaula y transportado en barco a Asunción, donde fue exhibido al público como animal.
El primer contacto pacífico entre un grupo de Ayoreo y la sociedad paraguaya tuvo lugar en 1962, cuando se presentaron ante un grupo de soldados que les ofrecieron agua y comida. En seguida, el Estado Paraguayo encomendó a los Salesianos la tarea de favorecer el establecimiento de algunas comunidades en una propiedad de 20.000 hectáreas puesta a disposición por la Iglesia, con acceso al río Paraguay, cerca de la localidad de Carmelo Peralta. En 1979 y 1986, los misioneros fundamentalistas estadounidenses de la New Tribe Mission, ayudaron a organizar auténticas "cacerías de hombres" como resultado de las cuales grandes grupos de


fueron desplazados por la fuerza de la selva, muchos murieron durante los combates, otros murieron más tarde de enfermedades a las que no tenían inmunidad. Los misioneros evangélicos de la New Tribe Mission siguen ejerciendo una enorme influencia en su vida cotidiana, hasta el punto de que su ritual de Asojna y muchas otras celebraciones han sido abolidas.
Según un estudio de la Universidad de Maryland de 2013, "el bosque de Ayoreo-Totobiegosode está siendo devastado a la mayor tasa de deforestación del mundo". El estudio analiza datos satelitales recogidos entre 2000 y 2012. * Estudio de 2013 de M.C. Hansen: "High Resolution Global Maps of 21st-Century Forest Cover Change".

Sin tierra, no les queda más remedio que trabajar como jornaleros mal pagados en las explotaciones ganaderas, que han ocupado la mayor parte de su territorio.
Las empresas ganaderas siguen destruyendo la selva, los Ayoreo no contactados viven huyendo de las excavadoras y pronto no tendràn dónde esconderse.
Desde los años 70, las ONG internacionales trabajan con las comunidades ayoreo, que ya están en contacto regular con el exterior, para ayudarles a conseguir la propiedad de 550.000 hectáreas de sus tierras ancestrales. Pero la presión sobre el bosque es inmensa: casi toda la tierra ancestral de la tribu está ahora en manos de terratenientes que la desbrozan para criar ganado. Según un estudio de la ONG Earthsight, el principal comprador de cuero procedente de los rebaños plantados en estas tierras sería Italia, que solo en 2018 importó el 61% del total.
La ley y la constitución de Paraguay reconocen el derecho de los pueblos indígenas a la propiedad de las tierras tradicionales. Durante más de 30 años, los Ayoreo han reclamado parte de su territorio ancestral, pero la presión de los terratenientes no sólo ha impedido la adjudicación de estas tierras, sino que ha despejado nuevas zonas. Si las excavadoras destruyen también esta zona, los Totobiegosode no contactados dejarán de existir.
Sus parientes, ya sedentarios, luchan con determinación para protegerla: en Bolivia, los Ayoreo están representados por la organización CANOB (Central Ayoreo Nativo del Oriente Boliviano).
En el año 2002 se creó una fundación para los Ayoreos en Paraguay, la UNAP (Unión Nativa Ayoreo del Paraguay).
Han pedido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que proteja y salve su bosque, y no es la primera vez: en 1993 presentaron una solicitud formal de reconocimiento de sus derechos territoriales frente a un sector agroindustrial en rápida expansión. Pero no se les hizo caso, así que en 2013 recurrieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que les ayudara.
En 2016 se iniciaron las negociaciones formales con el gobierno de Paraguay, pero tras cinco años y 42 reuniones que terminaron en nada, los Ayoreo se retiraron y se volvieron a dirigir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Mientras tanto, la destrucción de su selva continúa sin cesar, por lo que los indígenas vuelven a dirigirse a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
"La investigadora de Survival International, Teresa Mayo, dijo: "Los Ayoreo-Totobiegosode han pedido que se detengan las negociaciones porque el gobierno sólo estaba tratando de dar largas, mientras que al mismo tiempo permitía la destrucción desenfrenada del bosque Ayoreo. - El Estado sabe que lo único que tiene que hacer es no hacer nada para condenar a muerte a los Ayoreo no contactados.LINK https://www.survival.it/notizie/12723